Friday, March 28, 2014

Manual de Economía



“El control se ejerce a corto plazo y mediante una rotación rápida, aunque también de forma continua e ilimitada. El hombre ya no está encerrado sino endeudado. Sin dudas, una constante del capitalismo sigue siendo la extrema miseria de las tres cuartas partes de la humanidad, demasiado pobres para endeudarlas, demasiado numerosas para encerrarlas”.
Gilles Deleuze “Conversaciones”


“Los ricos solucionan todo comprando y los pobres, endeudándose”.
Juan José Saer, “La grande”




Tarjeta de crédito

Toda la calle
De todas las calles
Me sacuden, me doblegan
Me obligan a comprar
más.
Soy pobre y peor aún
Voy camino a ser un endeudado.



Misterio

No sé cómo explicarlo
No habrá aporte este mes,
¿Qué hice con el dinero?
Un misterio irresuelto
Solo tengo una vida.
Y la vivo mal.



Día negro

Pareciera que el hombre debiera morir si no puede consumir.
Infelices perecen solos, sin más que un televisor o una bandera,
la cual idolatran.
Casi nunca la de una causa que lo emancipe.
Será un accidente, o una enfermedad.
El fin siempre parece más lejano de lo imaginado.
Cuando llegue ese día, la mutual, si tiene un trabajo blanco,
podrá aliviar a sus herederos,
‘Aliviar’ y ‘herederos’, si esta clasificación fuera pertinente.
Al menos unas infelices tablas de maderitas, con forma de ataúd, le serán provistos.
Al que se fue. Y a los que quedaron.



Medicina prepaga

Amanece.
Y la luz que entra por los paneles de vidrios transparentes
enceguece.
Pero ya no entrega esperanzas.
Ilumina la ventana de los consultorios externos.
Dichosos quiénes no van al hospital público.
A sufrir el calor en verano
Y el frío en invierno.



El día del trabajador

Sueño latente, somnoliento bostezar
Horas después, la pesadez se vuelve desgano.
Abre y cierra su boca, deja escapar el aliento
No más de dos segundos, y otra vez.
Torsiona la nuca hacia atrás. Y los ojos
enfrentan un apesadumbrado e incoloro techo.
Líneas transparentes, luminosas, perforan sus 
cortinas de trapo.
Se arrojan sin voluntad alguna sus lágrimas de cansancio.




Angustia silenciosa

Camina descalzo,
Mira el piso pero no lo ve.
Pisa un charco de agua verdusca.
Moscas que protestan lo fastidian.
Vienen y van. Vienen.
Chista, continúa su pesado andar. 
Piensa
en sí mismo.
  

La entrevista

El pantalón, con una raya inexpugnable.
Los zapatos radiantes de meta franela.
La camisa digna para la ocasión.
Un saco corderoy, de primera marca, de hace quince años.
Elástico vencido.
Un folio almacena la esperanza y la trayectoria de una vida.
La que merece ser contada. Una historia productiva.
Llegado el turno. Cuenta por qué está ahí.
Me comerán los ojos.
“En dos o tres días te llamamos”.




Vuelta completa

El deudor llora
cuando no tiene y compra por necesidad,
 siente culpa.
Cuando no tiene y compra por placer, el arrepentimiento será
retorno en escarnio
Cuando cobra su salario y lo destina a pagar lo que debe,
agudiza la impotencia.
Falta el dinero, ahora, 
el que tiene en su bolsillo
Ya está casi en su totalidad destinado
a cancelar lo adquirido y, no por ello,
dejar de sentirse robado.
Su ceguera no le permite avizorar el mecanismo, la trampa.
Los reflejos están vencidos, su economía real, despojada.
Tiene casi treinta días por delante, y humillado
Reincide endeudándose.




Fotocarnet

¿No se puede estar triste?
¿No se puede estar melancólico?
Debe fotografiarse en pose altiva.
No importa lo que haya en la mirada del modelo.
Un buen espíritu es el deber primario.
A los optimistas, 
el mundo les pertenece.




Crimen

Ya sabe que son nueve horas las que le demandará su trabajo.
En la profunda noche en la que todavía no es mañana, el endeudado no puede dormir.
El acreedor impersonal lo mantiene despierto.
En instantes sonará el despertador
Quince minutos antes conciliará el sueño,
Pero no podrá quedarse en la cama.

2 comments:

  1. Perdón Fer, te debía una devolución desde la semana pasada.

    Mis favoritos: fotocarnet y angustia silenciosa.

    Obviamente hay una trama que enhebra a todos los poemas, y que tiene un parentesco con esa angustia alienante del personaje de La Tregua de Benedetti (en mi opinión, claro).
    Restaría por escribir el grito de rebelión contra esto...
    Merci!

    ReplyDelete
  2. Gonza, recién hoy leo tu comentario.
    Muchas gracias por tu lectura.

    ReplyDelete