Saturday, February 15, 2014

Tres

Tres hermanas navegaban entre nubes, a bordo de su embarcación de luna. Una amarraba las velas, otra comandaba desde el timón y la tercera echaba las redes para atrapar alguna escurridiza estrella fugaz.
Todas las noches realizaban el mismo ritual. Ni bien caía el sol, se engalanaban con sus blancos vestidos refulgentes, peinaban sus largos y oscuros cabellos y salían a navegar. Pasaban horas contemplando desde el infinito las abigarradas luces de las ciudades; los lejanos poblados; los buques que como cascaras de nuez se bamboleaban en el mar, los destellos de los faros. Gozaban tanto de aquel apacible espectáculo nocturno, con sus aromas y sus silencios, que dedicaban largos ratos a comentar lo que veían o lo que imaginaban que sucedía allí debajo. 
En aquella ocasión, mientras se encontraban navegando a la altura del Golfo de México, una fuerte tormenta se desató sobre sus cabezas. Orión, el guardián de los cielos, que estaba enojado ante el rechazo amoroso por parte de la menor de las tres hermanas, descargó su ira provocando una temible tempestad.
El viento huracanado, que sacudía la embarcación como si fuese un barrilete, obligó a las hermanas a dejar sus labores y abocarse únicamente a comandar el timón. Con todas sus energías, intentaron enderezar la nave que amenazaba con voltearse constantemente. Para evitar sucumbir, alivianaron el peso de la carga deshaciéndose de algunos cometas y estrellas fugaces que habían recogido horas antes cerca de Venezuela y  cazaron las velas para capear el temporal.
Sin embargo, sus denodados esfuerzos parecían no dar resultado. El despechado Orión, herido en su orgullo, no se detendría hasta lograr su objetivo: castigar a la joven, haciéndole pagar con su vida y la de sus hermanas, el precio del desamor.
Furioso, al notar la heroica resistencia de las mujeres, Orión disparó un rayo que alcanzó la embarcación fulminando en segundos a las hermanas.
Cuenta la leyenda que desde entonces, Orión se apoderó del alma de las tres jóvenes y, como demostración de su triunfo, las exhibe cada noche, como cuentas resplandecientes en su cinturón.

1 comment:

  1. Me llama la atención que, con un tema que podría rozar nuestra intimidad, ambos decidimos escribir un relato fantástico.
    Creo que el estilo tuyo encaja muy bien con este tipo de relatos, que lo hacen parecer a una versión pulida de un relato oral.
    Si quisieras poner más carne en el relato, creo que podrías aguzar un poco en los sentimientos de un Orión despechado, resentido y herido.
    También te recomiendo escuchar la Loco de la Colina.

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